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jueves, 2 de abril de 2009


CIUDAD NADIE
(Lustrabotas galácticos y monjas disidentes)

La tarde esta fría, sobre la sabana el smog y un horizonte oscuro juegan la macabra danza sin fin, en Bogota – ciudad nadie – los trenes desbocados andan en sus dos patas que por cierto es el único signo definido de que somos mas que simios, el dedo opunible solo sabe marca teclas. El celular el ordenador senos que se van y no vuelven el timbre de la buseta la clave en el cajero la maquina de te la maquina para mantenernos vivos el control remoto y nada parece responder a millones de años de evolución un botón para las armas otro para ver a la mujer tras el espejo. Poner tu trasero en el andén del parque Santander con soledad que abraza. Sin chocolate sin gata golosa sin poetas en los cafés sin 9 de abril sin monedas de peso sin ella. Quedarte mirando la nada y saber que haces parte de un todo que es nada, regocijarte mirando los enamorados que suben sobrios por la Jiménez y sonreír con los amantes que bajan ebrios de vida de la Candelaria, jurarte en vano que nunca te iras de tu centro de tu amada Séptima, prometerte nunca dar un discurso en la pared donde Gaitan cayo y ahora MCdollar vende combos y no presta el baño a los poetas borrachos, recordar la comparsa de teatro que miraste desde ese árbol recordar en la que actuaste en silencio mágico, saber que tu también serás por siempre ese niño que derrama el helado de la mano de su bohemio padre, saber que tu también te quedaste esperando por horas en esa esquina llena de lustrabotas, recapacitar sobre el plan fallido que tuviste con tu amigo de quince para robar el Banco de la Republica, preguntarte ¿Cuál republica? Querer subir al campanario de la iglesia y anunciarles a todos que el tranvía no a muerto que solo estaba exiliado en un país lleno de monjas disidentes y lustrabotas galácticos. Imaginar y no querer descubrir que hay detrás de la puerta del Rosario, escribirle un poema a medio terminar a alguna gomelita y pensar que su menear es mucho mas precioso que todas las esmeraldas que venden con envolturas de niños hambre hombres boca abajo en el rió mujeres con sus manos rotas en una casa de familia lejos de su tierra, si y joderte ¿por que no? Joderte pensando que Bogota – ciudad nadie – es demasiado grande, así lleves dos horas en la misma cuadra, así lleves tus años a cuestas en sus calles, no la acabas de conocer y pensar que es la primera ves que la ves de verdad y no querer tenerla mas de una ves por primera ves y tampoco como si fuera la ultima por que eso ya es demasiado pensar guevonas. Sobre ciudad nadie se viene un aguacero y la gente corre a buscar donde meter sus testas, agacharse levantarse y dejarse caer para mañana despertar y ver estas líneas y reírte mientras apagas la televisión y limpias las miadas de tu perro al que también se le empiezan a notar los años.


Javier Moyano

Rabiarte

POR LA RUTA DEL SIN.ISMO